Hoy quise escribir algo porque sí. Hoy me siento feliz. Mi trabajo me gusta mucho, el ambiente de trabajo es muy agradable y a pesar de que estoy más bien atrasada, estoy dando todo lo que puedo.
Me gusta Alemania, me caen bien mis amigos y me siento a gusto aquí.
No sé porqué pero siempre he tenido la suerte de verme rodeada de gente buena. Quizás soy un poco inocente y no veo el "lado oscuro" de los demás, pero la verdad... he tenido suerte.
Lo único un poco triste de todo es que estoy lejos de la persona que más quiero. Pero incluso con eso he tenido suerte: no hemos pasado más de tres meses sin vernos.
No creo en Dios ni en algo superior ni nada. Tampoco creo en el destino ni en que las cosas pasan por algo. Sólo puedo decir que he sido muy afortunada, y en este preciso instante doy las gracias a todos los que me han ayudado a lo largo de mi vida: gracias a todos.
Leía entradas de mi blog de hace dos años y hoy me siento completamente diferente. Me alegra no haber cejado. Me alegra haber porfiado y poder estar aquí, ahora, viviendo este momento.
Sonó un poco "mensaje de despedida"... pero no es así. Sólo quería escribir que hoy, un día cualquiera, me siento muy feliz y plena... hoy, un día cualquiera, que es más de lo que mucha gente en este mundo tiene la oportunidad de decir. En honor a todos aquellos que por diferentes motivos (salud, guerras, pobreza) no pueden decir lo mismo, es que estoy aprovechando cada pedacito del día.
Y quise dejar constancia de ello para que en el futuro, cuando vengan las "vacas flacas" del ánimo, esté esto aquí y recuerde que, en verdad, nunca todo fue malo y hay muchísimas cosas por las cuales vale la pena vivir y que en realidad uno no puede siquiera imaginar el futuro.
Incluso en los momentos más funestos y oscuros, siempre hay esperanza. Y si sólo se tiene esperanza de algo mejor, con eso basta. No sólo para uno, sino para los demás también. Como dice mi abuelita: siempre hay que tener planes. No nos damos cuenta, pero uno influye en toda la gente alrededor. La cambia. Uno ya no es uno, sino un ecosistema de personas. Y qué mejor que tener esperanza e infundirla en los demás.
